FALTA DE ENERGÍA Y RHODIOLA ROSEA

Sentirnos agotados se ha vuelto casi una constante. Días en los que cuesta concentrarse, en los que el cuerpo pesa más de lo habitual y la mente parece nublada. El estrés, la falta de sueño, las malas rutinas y la sobrecarga emocional nos roban energía sin que apenas nos demos cuenta. Y cuando esto se prolonga, el cuerpo empieza a reclamar ayuda.

Ahí es donde entra en escena la Rhodiola rosea, conocida también como raíz dorada o raíz ártica. Originaria de las frías montañas de Siberia y Escandinavia, esta planta ha sido utilizada durante siglos por su capacidad para aumentar la resistencia física y mental. Los pueblos del norte la tomaban para soportar las duras condiciones climáticas, mejorar el ánimo y fortalecer el cuerpo frente al agotamiento extremo.

Hoy sabemos que no se trataba solo de sabiduría popular. Numerosas investigaciones científicas respaldan las propiedades adaptógenas de la Rhodiola rosea. En un estudio publicado en el Nordic Journal of Psychiatry (2009), se observó que las personas que tomaron extracto estandarizado de Rhodiola durante 14 días experimentaron una reducción significativa del cansancio y del agotamiento mental, además de una mejora en la concentración y el bienestar general. Otro ensayo clínico, realizado por Darbinyan et al. en Phytomedicine (2000), demostró que los estudiantes que tomaron Rhodiola durante exámenes mostraron mayor rendimiento cognitivo, menor fatiga y mejor estado de ánimo en comparación con el grupo placebo.

Estos efectos se deben a sus compuestos bioactivos —principalmente las rosavinas y los salidrósidos—, que ayudan al cuerpo a equilibrar la respuesta al estrés y optimizar la producción natural de energía. En lugar de forzar al organismo como lo haría un estimulante (por ejemplo, la cafeína), la Rhodiola actúa regulando el eje hipotálamo–hipófiso–suprarrenal, ayudando al cuerpo a adaptarse sin agotarse.

En términos simples: no te da un subidón artificial, sino que ayuda a restaurar tu energía interna. Su acción es suave, profunda y sostenida. Por eso, muchas personas notan que con el tiempo mejora su resistencia física, su claridad mental y su capacidad para gestionar el estrés del día a día.

En un mundo que nos exige estar siempre “a tope”, la Rhodiola rosea nos recuerda algo esencial: la verdadera energía no viene de hacer más, sino de estar en equilibrio.

Referencia científica:

  • Darbinyan V, et al. Rhodiola rosea in stress-induced fatigue — a double-blind cross-over study of a standardized extract SHR-5. Phytomedicine. 2000;7(5):365–371.

  • Olsson EMG, et al. A randomized, double-blind, placebo-controlled, parallel-group study of the standardised extract SHR-5 of Rhodiola rosea in the treatment of subjects with stress-related fatigue. Nordic Journal of Psychiatry. 2009;63(5): 365–374.