DEFENSAS BAJAS Y ASTRÁGALUS
Hay momentos en los que el cuerpo parece no dar abasto: resfriados que vuelven una y otra vez, pequeñas infecciones que tardan en curar, sensación de debilidad constante o una recuperación lenta tras épocas de estrés o enfermedad. Todo esto puede ser señal de que nuestras defensas están bajas y el sistema inmunitario necesita apoyo.
El sistema inmune es una red compleja que trabaja día y noche para mantenernos protegidos. Pero el ritmo de vida actual, la falta de descanso, el estrés crónico, una alimentación pobre en nutrientes y el exceso de toxinas pueden debilitarlo poco a poco. Cuando eso ocurre, no basta con “vitaminas”: el cuerpo necesita equilibrio, regeneración y fuerza interior.
Y ahí entra una de las plantas más valiosas de la medicina tradicional china: el Astrágalo (Astragalus membranaceus). Utilizado desde hace más de 2.000 años, el astrágalo es considerado un adaptógeno inmunomodulador, es decir, una planta que ayuda al cuerpo a adaptarse al estrés y a regular el sistema inmunológico, reforzándolo sin sobreestimularlo. En la medicina tradicional se le conoce como una raíz “tonificante del Qi”, la energía vital que sostiene la resistencia, la vitalidad y las defensas naturales.

La ciencia moderna ha confirmado muchas de estas propiedades. Estudios recientes han demostrado que los polisacáridos del Astrágalo —principalmente el Astragalus polysaccharide (APS)— estimulan la producción y la actividad de los linfocitos, macrófagos y células NK (natural killer), las principales células defensoras del organismo. Además, ayudan a aumentar la producción de interferones y anticuerpos, mejorando la respuesta inmune frente a virus y bacterias.
En un estudio publicado en Phytotherapy Research (2012), se observó que la suplementación con extracto de Astragalus membranaceus mejoró significativamente la función inmune en adultos con niveles bajos de defensas, aumentando la actividad fagocítica y la resistencia frente a infecciones respiratorias. Otro trabajo, en el Journal of Ethnopharmacology (2009), mostró que el astrágalo tiene un claro efecto inmunorregulador, antioxidante y antiinflamatorio, protegiendo al organismo del daño celular provocado por el estrés oxidativo.

Lo más interesante del Astrágalo es que no solo fortalece las defensas, sino que también ayuda a mantener la energía vital y la resistencia física y mental, actuando como un verdadero adaptógeno integral. No empuja al cuerpo, lo acompaña: equilibra, protege y revitaliza desde dentro.
Por eso, muchas personas lo utilizan en épocas de cansancio prolongado, cambios de estación, convalecencias o simplemente para prevenir y reforzar el sistema inmune de manera natural. En combinación con otros hábitos saludables —buena alimentación, descanso suficiente, ejercicio moderado y gestión del estrés—, el Astrágalo puede ser un gran aliado para mantener el equilibrio y la vitalidad.
En un mundo en el que el estrés debilita y el ritmo no da tregua, el Astrágalo nos recuerda que la verdadera fuerza nace del equilibrio interior.
Referencias científicas:
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Cho WC, et al. Immunomodulatory and anti-inflammatory activities of Astragalus membranaceus. Journal of Ethnopharmacology. 2009;125(1):13–25.
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Zhang WJ, et al. Astragalus polysaccharides improve immune responses of mice immunized with recombinant hepatitis B surface antigen. Phytotherapy Research. 2012;26(3):408–413.
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Block KI, Mead MN. Immune system effects of echinacea, ginseng, and astragalus: a review. Integrative Cancer Therapies. 2003;2(3):247–267.